sábado, 15 de septiembre de 2007

Tienes fuego vaquero?

Con un poco de ansiedad y expectación llegue al depto. de las novias. Conociéndolas, iba a haber gente de tendencias varias, freaks urbanos en general, afectivos...como yo. La ceremonia de iniciación familar se basaba en un naipe creado por las novias, fruto de un arduo trabajo gráfico, tributo a su amor y las ganas de explicitar una decisión vital de arraigo. Habíamos amigos y familiares, heteros y homos, jóvenes y otros no tanto, todos convocados para escoger una carta que definiría nuestros roles en esta nueva familia.

Me llamo la atención su altura. Con certeza digo que lo había visto en alguna otra ocasión en ese depto. Era guapo, atractivo, muy masculino. Un rockero rapado de ojos grandes y dedos largos. Perna como soy ( me juro viva) solo lo podía observar mientras el chico rockero escurría por las habitaciones colaborando con quehaceres domésticos, pero me prometí que le iba a hablar en eso que transcurriera la noche.


Con copas en las manos, escuchamos la declaración de las chicas, y comenzamos a jugar. Atentos interpretábamos cada uno las cartas que iban apareciendo. Obvio que la de el era El Vaquero. El guapo solitario. Yo saque La Dama Elegante. Nunca me había visto así, pero me gusto ser representada por la glamourosamente experimentada dama de la carta. Bakan. Con mi corazón pensé que era perfecto; el varonil vaquero de manos asperas y la suave dama elegante.

Los invitados ya se habían multiplicado, y el ron y los pitos circulaban con abundancia. Estaba en ese estado brumoso en que todos son tus amigos, se quieren y cuentan intimidades, pero yo seguía sin poder hablar con el chico alto. De un modo extraño me sentía descontextualizada, muy "normal" de algún modo...pero a la vez mas rara que todos. Filo, pensé.

La Mati con otra chica que reconocía de la facultad hicieron la "tijereta", extraña performance en la cual simulaban un acto lesbico, y desde mi mas profundo cartuchismo pensé que estaban locas.
El vaquero varonil bailaba todo el rato, me gustan los hombres que bailan. Yo deambulaba por el depto. pelando el cable con personajes, todos arriba de la misma pelota. El ron seguía llegando.

En mi proyección romántica, el vaquero y la dama se besaban al final de la noche. Pero en la realidad el vaquero bailaba caliente con la chica loca de la "tijereta". Con cierto morbo los miraba frotarse y besarse...diría que con cierta envidia observaba como la chica "tijereta" fluía a la perfección bajo la influencia de sus deseos e impulsos, un flow carnal que dominaba absolutamente desinhibida.
Yo también puedo hacer eso, pensé con belicosidad, porque las hembras somos trogloditamente competitivas, pero mi sentido de perna moral indicaba otras directrices. Porque no soy así, porque al momento de nacer fui destinada a ser distante y hermética, verdad ahora revelada mediante la carta de la Dama Elegante.
Volvimos del bosque báquico al depto. como a las 7 de la madrugada y era hora de desenmascararnos. Hace rato ya que el encanto romántico de la noche y la dama elegante y su vaquero se había esfumado, dando paso a un amanecer despiadadamente real. Los efectos de la noche suscitaban temas de conversación que se discutían con pasión, dibujandonos como humanos frente a un otro a través de un discurso intelectual. Eramos freaks conociendonos.

Decidimos iniciar el retorno a nuestros nidos y deberes, asi que aproveche de bajar la escalera con el guapo para poder postergar hasta el final mi despedida con el. Tan romántica yo.
"Fue bakan conocerte", me dijo mientras se agachaba para despedirse con un beso en la mejilla.
Me sentí como la Dama Elegante. Era el final perfecto....me fui caminando con máximo glamour por las calles del centro, solitariamente, con actitud de vaquera.

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